Coeducación ante el nuevo curso

Acaban las vacaciones de verano y la semana que viene empezarán las clases. La recta final de esta temporada ha resultado ser trágica en cuanto a asesinatos de mujeres que han engrosado las insoportables cifras de la violencia de género.

Llegados a este punto, es pertinente recordar la contribución de las y los docentes y de la comunidad educativa en general para acabar con esta lacra, eliminar cualquier rastro de normalidad asociada a ella o a los estereotipos y actuaciones que puedan utilizarse para justificarla, siquiera para asumirla como un hecho fatal y en cierta manera ineludible.

Es pertinente reflexionar sobre qué vamos a aportar para coeducar a nuestro alumnado, para hacer realidad un día la igualdad de oportunidades y superar una discriminación histórica, dañina y empobrecedora.

Surgen iniciativas en estos días que nos sugieren experiencias y prácticas positivas. En el blog de Marian Moreno, por ejemplo, se proponen algunas ideas para llevar a cabo en clase de lengua, muchas de las cuales podrían exportarse a otras materias.

Es una cuestión de justicia para con nuestro alumnado y para con nosotras y nosotros asumir nuestra responsabilidad como docentes a la hora de desactivar, desde nuestra actuación en sentido amplio, la reproducción de esquemas y visiones de desigualdad. Unas percepciones fuertemente enraizadas en nuestra sociedad y que, en su expresión más dramática llegan a suponer la aniquilación física o psicológica de muchas mujeres.